Agustín de Iturbide

Agustín de Iturbide (1783-1824) fue un líder militar conservador que ganó la independencia de México de España y luego gobernó como emperador Agustín I en 1822-1823.

El movimiento de independencia de México se distingue claramente de sus homólogos en América del Sur por sus dos fases separadas. La revuelta inicial, dirigida por el padre Miguel Hidalgo, fue de orientación liberal, pero fue mucho más allá de los liberales sudamericanos al incluir a las clases mestizas e indias, lo que le dio un toque de revolución social. Los aristócratas criollos (individuos blancos nacidos en Estados Unidos de ascendencia española) derrotaron a los rebeldes, pero ellos mismos buscaron la independencia en una segunda fase, bajo el liderazgo de Agustín de Iturbide.

Primeros años y Carrera Militar

Iturbide nació en Valladolid (ahora Morelia), México, el pasado septiembre. 27, 1783, descendiente de una familia aristocrática, acaudalada y firmemente católica de ascendencia vasca. Estudió en el seminario de Valladolid y dedicó su juventud a dirigir una de las haciendas de su padre. En 1805 se casó con Ana María Huarte, hija del intendente provincial (gobernador).

Iturbide recibió una comisión en la milicia real y rápidamente ganó fama por sus acciones audaces durante las campañas contra los revolucionarios liberales. Empleando estratagemas imaginativas y medidas severas, adquirió una reputación de valentía y dureza, ganando varios ascensos. En 1813 ocupó el rango de coronel, comandando el regimiento Celaya, además de servir como comandante militar de la intendencia de Guanajuato. Dos años más tarde fue puesto a cargo del Ejército del Norte, cuya jurisdicción abarcaba las intendencias de Valladolid y Guanajuato.

El «Libertador»

Iturbide fue uno de los jóvenes aristócratas criollos que comenzaron a contemplar la posibilidad de separarse de España en respuesta a una revuelta militar de 1820 que colocó a España bajo un régimen liberal. Iturbide estaba entonces al mando de las fuerzas reales que perseguían a Vicente Guerrero, uno de los pocos revolucionarios liberales que aún estaba en el campo. Los dos entraron en negociaciones, y Guerrero prometió su apoyo a su antiguo adversario.

En Feb. El 24 de diciembre de 1821, Iturbide lanzó su propia revuelta publicando el Plan de Iguala, también conocido como el Plan Triguarantino. Su declaración de 23 artículos detalló un programa conservador basado en tres garantías: religión, independencia y unión. Estos términos indicaban que Iturbide se dedicaba a preservar el sistema colonial, simplemente sustituyendo a los españoles criollos en puestos gubernamentales. Aspiraba a constituir a México en una monarquía independiente, encabezada por un príncipe borbón, mientras preservaba los privilegios de clase y de la Iglesia.

Gran parte de la población criolla se unió al apoyo de Iturbide. Cuando el Capitán General. Juan O’Donojú llegó a asumir sus funciones como nuevo virrey español en México unos meses más tarde, encontró a Iturbide en el control efectivo del país. Al carecer de fuerzas suficientes para desafiar el ascenso del líder mexicano, el virrey propuso negociaciones. El Tratado de Córdoba confirmó la independencia de México bajo un príncipe borbón y estipuló que, a la espera de la selección de un monarca, México sería gobernado por una junta encabezada por Iturbide e incluyendo a O’Donojú entre sus miembros. Iturbide, el» Libertador», cabalgó triunfalmente a la Ciudad de México a la cabeza de su ejército en su trigésimo octavo cumpleaños, Sept. 27, 1821.

Emperador de México

Cuando los miembros de la familia real española rechazaron el trono mexicano ofrecido, el sentimiento criollo se volvió hacia investir a Iturbide con el honor. El 18 de mayo de 1822, un sargento del regimiento Celaya de Iturbide lanzó un movimiento «popular» para proclamar emperador a Iturbide. El Libertador mostró un grado adecuado de reticencia, pero el Congreso del día siguiente, con tumultuosas multitudes de adherentes de Iturbide invadiendo la sala, lo seleccionó formalmente como emperador. La falta de quórum puso en duda la legalidad de este mandato, pero la acción contó con un apoyo popular considerable.

Iturbide fue coronado emperador Agustín I el 21 de julio de 1822, en medio de una elaborada pompa. El nuevo monarca presentó una figura imponente en sus vestiduras majestuosas. A 5 pies y 10 pulgadas, era más alto que sus contemporáneos mexicanos, y su porte militar erecto y su manera aristocrática y distante se agregaron al aura del esplendor imperial.

Iturbide dedicó un esfuerzo considerable a crear una corte elaborada, tratando de igualar la magnificencia y la pompa de la realeza europea. También se esforzó por asegurar las prerrogativas tradicionales de la corona española, tratando de hacer valer su derecho a nombrar a funcionarios de la Iglesia, así como a administradores civiles. Además, incluso antes de asumir el título imperial, había iniciado los preparativos para extender la soberanía mexicana hacia el sur, y en diciembre de 1821 había enviado un ejército a América Central en un intento inútil de anexión.

Iturbide demostró ser un gobernante sin tacto, y su régimen se caracterizó por constantes disputas con la legislatura, lo que desafió sus esfuerzos por concentrar el poder en sus propias manos. Después de encarcelar a varios de los diputados, el Emperador disolvió el Congreso en octubre. 31, 1822. Iturbide ya había perdido gran parte de su popularidad inicial, y pronto estalló una rebelión.

El 19 de marzo de 1823, Iturbide abdicó y poco después partió hacia Europa, donde se alarmó por los informes de una inminente expedición española contra México. Convencido de que solo él podía salvar su patria, se ofreció a «poner su espada» a disposición de la nación. Interpretando esto como un intento de recuperar el poder, el Congreso mexicano lo declaró traidor y lo condenó a muerte. Iturbide navegó hacia México antes de enterarse de este decreto y fue arrestado al desembarcar en Soto la Marina en la provincia de Tamaulipas. El 19 de julio de 1824, el Libertador de México, completamente desacreditado por sus acciones mientras ocupaba el trono, fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento.

Lectura adicional

El mejor trabajo sobre Iturbide es William Spence Robertson, Iturbide de México (1952). Para un relato más breve, véase el ascenso de las Repúblicas Hispanoamericanas de Robertson, narrado en las vidas de sus Libertadores (1918). □

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.