Anticuerpos anti – IgE para el tratamiento de enfermedades alérgicas mediadas por IgE

Los propósitos farmacológicos de la terapia anti-IgE son neutralizar la IgE e inhibir su producción para atenuar las reacciones de hipersensibilidad de tipo I. La terapia se basa en anticuerpos IgG1 humanizados que se unen a la IgE libre y a la IgE unida a membrana en las células B, pero no a la IgE unida por la IgE de alta afinidad.Receptores Fc en basófilos y mastocitos o por la IgE de baja afinidad.Receptores Fc en células B. Después de casi 20 años desde su inicio, los anticuerpos terapéuticos anti-IgE (anti-IgE) se han estudiado en unos 30 ensayos clínicos de fase II y III en muchas indicaciones de alergia, y se ha aprobado un anticuerpo de plomo, omalizumab, para tratar a pacientes (mayores de 12 años) con asma alérgica de moderada a grave. Anti-IgE ha confirmado el papel de la IgE en la patogénesis del asma y ha ayudado a definir el concepto de «asma alérgica» en la práctica clínica. Se ha demostrado que es seguro y eficaz en el tratamiento del asma alérgica pediátrica y en el tratamiento de la rinitis alérgica, y se está investigando para el tratamiento de la alergia al maní, la dermatitis atópica, la alergia al látex y otros. Puede combinarse con inmunoterapia específica y rápida para aumentar la seguridad y la eficacia. Por lo tanto, el anti-IgE parece proporcionar una opción profiláctica y terapéutica para casos moderados a graves de muchas enfermedades y afecciones alérgicas en las que la IgE desempeña un papel importante. Este capítulo revisa la evolución del concepto anti-IgE y los estudios clínicos de anti-IgE en varias indicaciones de enfermedad, y presenta un análisis exhaustivo de los múltiples e intrincados efectos farmacológicos inmunorreguladores de los anti-IgE. Finalmente, revisa otros enfoques que se dirigen a las células B que expresan IgE o IgE.

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