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Los furbies, esos molestos robots peludos que estaban de moda a finales de los noventa, están de vuelta. Pero esta vez están vivos. En los últimos meses, los científicos han capturado tres lookalikes Furby vivos, llamados tarsius pigmeos (Tarsius pumilus), en los bosques indonesios. Los tarsos pigmeos son pequeños primates nocturnos, de menos de cuatro pulgadas de largo, con ojos gigantes y dedos largos y delgados con puntas de garras. Hasta ahora, las criaturas con forma de gremlin eran casi místicas. La última vez que se encontró vivo a un tarsero pigmeo fue en 1930. Muchos científicos estaban convencidos de que la especie se había extinguido hasta que científicos indonesios encontraron un muerto en una trampa para ratones en el año 2000. Decidido a localizar a la misteriosa especie, un equipo de primatólogos instaló 276 redes de niebla en las montañas de Indonesia. Capturaron a tres, dos machos y una hembra, y les pusieron collares de radio. Se sabe tan poco sobre las criaturas que los investigadores están aprendiendo literalmente de primera mano. Por ejemplo, Sharon Gursky-Doyen, líder del equipo, se enteró de que los pequeños pueden girar la cabeza 180 grados después de que uno tirara de la maniobra y le mordiera el dedo mientras colocaba el collar de radio. A diferencia de los Furbis que hablan galimatías, los tarsiers pigmeos son silenciosos. Los investigadores creen que pueden llamar en frecuencias fuera del alcance del oído humano. Con los collares de radio, los investigadores pudieron rastrear los movimientos de los tres tarseros pigmeos durante varias semanas. Se alimentan de insectos y corren por las copas de los árboles. Hasta ahora no se sabe si es seguro alimentarlos después de medianoche.

Imagen: flickr / vox_efx

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