Español Requisito de 1513

En nombre del Rey, Don Fernando, y de Doña Juana, su hija, la Reina de Castilla y León, los subyugadores de las naciones bárbaras, nosotros, sus siervos, notificar y dar a conocer a usted, como mejor podemos, que el Señor nuestro Dios, Viviente y Eterno, creó el Cielo y la Tierra, y un hombre y una mujer, de la cual usted y nosotros, todos los hombres del mundo en el momento, fueron y son descendientes y a todos aquellos que vinieron antes y después de nosotros. Pero, a causa de la multitud que ha surgido de este hombre y mujer en los cinco mil o incluso más años desde que el mundo fue creado, fue necesario que algunos hombres fueran por un camino y otros por otro, y que se dividieran en muchos reinos y provincias, porque en uno solo no podían sostenerse. De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio cargo a un hombre, llamado San Pedro, que debía ser el Señor y Superior de todos los hombres del mundo, que todos debían obedecerle, y que debía ser la cabeza de toda la Raza Humana, dondequiera que vivieran los hombres, y bajo cualquier ley, secta o creencia que fueran; y le dio el mundo para su reino y jurisdicción. Y le ordenó que colocara su asiento en Roma, como el lugar más apropiado para gobernar el mundo; pero también le permitió tener su asiento en cualquier otra parte del mundo, y juzgar y gobernar a todos los Cristianos, Moros, Judíos, Gentiles y todas las demás Sectas. Este hombre fue llamado Papa, como por decirlo así, Admirable Gran Padre y Gobernador de los hombres. Los hombres que vivieron en ese tiempo obedecieron a San Pedro, y lo tomaron por Señor, Rey y Superior del universo; así también han considerado a los otros que después de él han sido elegidos para el pontificado, y así ha continuado hasta ahora, y continuará hasta el fin del mundo. Uno de estos Pontífices, que sucedió a ese Santo. Pedro como Señor del mundo, en la dignidad y asiento que he mencionado antes, hizo donación de estas islas y Tierra firme a los antedichos Rey y Reina y a sus sucesores, nuestros señores, con todo lo que hay en estos territorios, como está contenido en ciertos escritos que pasaron sobre el tema antes mencionado, que pueden ver si lo desean. Así que sus Altezas son reyes y señores de estas islas y tierra firme en virtud de esta donación: y algunas islas, y de hecho casi todas aquellas a las que se les ha notificado esto, han recibido y servido a sus Altezas, como señores y reyes, de la manera que los súbditos deben hacer, con buena voluntad, sin ninguna resistencia, inmediatamente, sin demora, cuando se les informó de los hechos mencionados. Y también recibieron y obedecieron a los sacerdotes que sus Altezas enviaron para predicarles y enseñarles nuestra Santa Fe; y todos estos, por su propia voluntad, sin ninguna recompensa o condición, se han convertido en cristianos, y lo son, y sus Altezas los han recibido con alegría y benevolencia, y también les han ordenado que sean tratados como sus súbditos y vasallos; y ustedes también están obligados a hacer lo mismo. Por lo cual, lo mejor que podemos, os pedimos y requerimos que consideréis lo que os hemos dicho, y que toméis el tiempo que sea necesario para entenderlo y deliberarlo, y que reconozcáis a la Iglesia como Gobernante y Superior de todo el mundo, y al sumo sacerdote llamado Papa, y en su nombre al Rey y a la Reina Doña Juana, nuestros señores, en su lugar, como superiores y señores y reyes de estas islas y de esta Tierra firme en virtud de dicha donación, y que consentáis y concedáis que estos padres religiosos os declaren y prediquen lo antedicho. Si lo haces, te va a hacer bien, y que el que está obligado a hacer a sus Altezas, y nosotros en su nombre deberá recibir en todo amor y caridad, y dejará a usted, a sus esposas, y sus hijos, y sus tierras, libre, sin servidumbre, que se puede hacer con ellos y con vosotros libremente aquello que te gusta y pensar mejor, y no se obliga a su vez a los Cristianos, a menos que vosotros mismos, cuando se le informó de la verdad, quisiera ser convertidos a nuestra Santa Fe Católica, como casi todos los habitantes del resto de las islas han hecho. Y, además de esto, sus Altezas le otorgará muchos privilegios y exenciones y le otorga muchos beneficios. Pero, si usted no hace esto, y maliciosamente hacer retraso en él, certifico que, con la ayuda de Dios, vamos a entrar poderosamente en su país, y hará guerra contra en todas las formas y maneras que podemos, y estarán sujetos al yugo y obediencia de la Iglesia y de sus Altezas; vamos a llevarlo a usted y a sus esposas y a sus hijos, y se hacen esclavos de ellos, y, como tal, vender y disponer de ellos como de sus Altezas de mayo de comando; y os quitaremos vuestros bienes, y os haremos todo el mal y daño que podamos, como a vasallos que no obedecen, y se niegan a recibir a su señor, y le resisten y le contradicen; y protestamos que las muertes y pérdidas que de esto se deriven son culpa vuestra, y no de sus Altezas, ni de las nuestras, ni de estos caballeros que vienen con nosotros. Y que le hemos dicho esto y hecho esta Solicitud, solicitamos al notario aquí presente que nos dé su testimonio por escrito, y pedimos al resto de los presentes que sean testigos de esta Solicitud.

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