Hafez de Shiraz

Su padre, un comerciante, cambió su residencia familiar a Shiraz poco antes de que naciese Hafiz y falleció tempranamente cuando el muchacho era todavía un niño. Fue acogido con su madre por un tío. Aunque la muerte del padre dejó a la familia en una situación muy precaria, Hafez se las arregló para lograr una buena educación, manejando con fluidez el árabe y el persa y memorizando el Corán a una edad muy temprana. También memorizó la obra de Saadi de Shiraz y de los escritores Farid-uddin Attar, Yalal ad-Din Muhammad Rumi y Nezamí Ganyaví.

Se cuenta que a los 21 años mantuvo una vigilia de cuarenta días con sus noches en la tumba del poeta Baba Kuhi, muerto en 1050, quien había escrito que quien velase su tumba durante cuarenta días y cuarenta noches, alcanzaría el corazón de la persona amada. Tras estas jornadas de presencia constante, conoció al maestro sufí Attar y se hizo su discípulo.

Trabajó como copista y como aprendiz de panadero antes de lograr al apoyo de patrocinadores destacados. Posteriormente llegó a ser profesor de estudios religiosos . Antes de llegar a los 30 años se hizo poeta de la corte de Abu Ishak, logrando mucha fama e influencia. Mubariz Muzaffar capturó Shiraz y entre sus decisiones destituyó a Hafiz de su puesto como profesor de estudios coránicos en la Universidad. En esa etapa aparecen los poemas de protesta y reivindicativos contra la opresión del tirano. Sha Shuya (hijo del dictador) hizo prisionero a su padre, y restituyó a Hafiz en su antigua cátedra. El poeta comenzó una vertiente de espiritualidad sufi en su obra. Perdió el favor del gobernante, lo que le obligó a trasladarse por su seguridad ya rondando los 50 años, imponiéndose un autoexilio en Isfahan. Sus poemas destilan melancolía. A los 52 años, por invitación expresa de Sha Shuia, finaliza su exilio y regresa a Shiraz. La poesía de sus últimos años contiene la autoridad del Maestro que se ha unificado con Dios.

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