Mediastinoscopia con biopsia

Un equipo quirúrgico realizará su mediastinoscopia en un hospital o centro quirúrgico ambulatorio.

No debe comer ni beber nada después de la medianoche del día anterior a su prueba si se le aconseja que no lo haga. Asegúrese de llegar al lugar de la cirugía a la hora programada.

Después de registrarse, lo llevarán a una habitación o cubículo privado, donde se le pedirá que se quite la ropa y las joyas y se ponga una bata de hospital (puede ser una buena idea dejar las joyas en casa para evitar la pérdida). Luego, la enfermera le pondrá una vía intravenosa en la mano, la muñeca o el brazo. Es posible que sienta un dolor corto y agudo cuando la enfermera inserta la aguja, pero la molestia desaparecerá rápidamente. La enfermera colocará la intravenosa con cinta adhesiva en su lugar para que usted no la retire accidentalmente.

Cuando llegue el momento de su procedimiento, una enfermera o un técnico lo llevarán al quirófano en una cuna con ruedas, llamada camilla.

Una vez que esté en el quirófano, se acostará boca arriba en la mesa de operaciones. Luego, un anestesista le inyectará un medicamento en su vía intravenosa que lo pondrá en un sueño profundo. No sentirá dolor durante el procedimiento. Una vez que estés inconsciente, el médico te colocará un tubo flexible en la boca y lo introducirá en los pulmones para ayudarte a respirar.

El cirujano hará una incisión en la base de la garganta e introducirá el mediastinoscopio en el espacio entre los pulmones.

Examinarán el área visualmente. El cirujano también extirpará un pequeño trozo de tejido de los ganglios linfáticos y de cualquier otra zona que parezca inflamada, infectada o anormal.

Cuando se complete este proceso, el cirujano retirará el mediastinoscopio, retirará el tubo respiratorio de los pulmones y cerrará la incisión con puntos de sutura. Las muestras de tejido irán al laboratorio para su análisis.

Se despertará en la sala de recuperación. El personal allí le ofrecerá medicamentos para el dolor y controlará sus signos vitales para asegurarse de que se mantengan estables. Si no sufre complicaciones, puede irse a casa en unas pocas horas.

Su garganta probablemente se sentirá hinchada y sensible durante unos días, y puede dolerle hablar o tragar. Hable con su médico sobre los mejores medicamentos para controlar el dolor.

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