Natillas de leche caseras

Cómo preparar unas natillas caseras.

El primer recuerdo que tengo sobre natillas, me imagino que será como el de mucha gente, es el de prepararlas para la tarta de galletasde natillas y chocolate. Las natillas caseras, finas o espesas, son la base para miles de recetas de postres que harán que los vuestros se relamen de placer.

De niño pensaba que las natillas venían en un sobre, las vaciabas en leche, calentabas y ya está. Que gran descubrimiento cuando preparé por primera vez unas auténticas natillas de huevo. Ese sabor fino, con un toque de harina de maíz sólo para espesar un poquillo. No he vuelto a comprar ningún sobre más de este tipo para casa, y lo que os recomiendo es que hagáis lo mismo, pues cuando pruebas esta receta no hay vuelta atrás.

Este postre tan sencillo y económico tiene una historia curiosa, como con la mayoría de las cremas tenemos teorías que la sitúan en tiempos de los romanos. Aparecen documentadas en la Edad Media en varios conventos y monasterios de toda Europa. Lo que no cabe duda es que el aprovechamiento de dos ingredientes tan comunes como los huevos y la leche.

Estos ingredientes derivaron en una crema no dulce pero muy empleada en las cocinas. El refinamiento llegó con la época dorada de las especias, cuando aparecen el azúcar refinado, la vainilla y la canela. De ahí a la evolución en la cocina francesa de lo que hoy conocemos con natillas en nuestros días.

¿Qué no las habéis preparado nunca? ¿A qué esperáis? Ya os adelanto que esta receta sale sí o sí, así que a por ello en cuanto podáis, ¡ya veréis que están de rechupete!

Preparación de la leche aromatizada para las natillas

  1. Lo primero es preparar los ingredientes con los que vamos a aromatizar la leche. Lavamos muy bien el limón y pelamos su piel de manera fina, sin mucho blanco que luego nos amargue el postre. Abrimos la vaina de vainilla y sacamos las semillas que reservaremos para añadir más tarde a la leche.
  2. Separamos un vasito de leche del total que vamos a emplear y lo reservamos. Calentamos el resto de la leche en un cazo a fuego medio casi hasta el punto de ebullición. Bajamos la temperatura y retiramos del fuego. Añadimos las semillas de vainilla, la piel del limón y por último la canela en rama partida por la mitad. Dejamos todo en reposo infusionando durante 10 minutos.
  3. Mezclamos la maicena en el vaso de leche tibia y juntamos sin que tenga nada de grumos, si es necesario le pasamos la minipimer. Separamos las yemas de las claras. Ponemos las yemas en un bol y batimos con el azúcar hasta que espumee. Añadimos el vaso de leche con la fécula de maíz disuelta. Volvemos a batir hasta que no queden grumos, tiene que quedar una masa homogénea. Reservamos.

Preparación final y presentación de las natillas

  1. Colamos la leche infusionada y la volvemos a añadir al cazo. Calentamos a media ebullición y añadimos la crema del paso anterior.
  2. Lo vamos añadiendo poco a poco y mezclando con unas varillas o una cuchara de madera sin parar hasta que espese.
  3. No debe hervir en ningún momento, la textura de las natillas debe estar ligeramente espesa y sin grumitos. Es muy importante no dejar de remover pues puede llegar a quemarse o pegarse a la cazuela. El secreto como en casi todas las recetas es tener paciencia y no dejar de remover siempre para el mismo lado hasta que quede una crema homogénea.
  1. Elegimos los recipientes donde vamos a presentar las natillas. Vertemos las natillas en las copas, cuencos o cazuelitas a través de un colador para evitar que haya algún grumito (un truco por si acaso se ha formado alguno).
  2. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y después reservamos en la nevera. Para evitar que se forme costra tapamos con un film transparente.

Una vez que las natillas estén frías sólo tenemos que decorarlas con una galleta a vuestra elección y espolvorear con un poco de canela en polvo. ¡Os aseguro que están deliciosas!

Podéis ver todas las fotos del paso a paso en el siguiente álbum.

Vuestros consejos y recomendaciones para unas natillas perfectas

  • El emplear o no harina o fécula de maíz (tipo Maicena para entendernos) es opcional. No deja de ser un espesante que ayuda a dar consistencia a la crema, si la utilizamos puedes disminuir o aumentar la cantidad según prefieras. Consiguiendo una consistencia más líquida o más espesa.
  • Si no queréis añadir harina fina de maíz os saldrán unas natillas con una textura muy fina, delicadas y de rico sabor. Es importante emplear más cantidad de yemas y no pueden llegar a hervir. Así que son un poco más complicadas que las que os enseño en esta receta. Si os apetece hacerlas así, tenéis que añadir unas 14 yemas para el litro y medio de leche, los demás ingredientes serán igual.
  • El truco para que no cuajen los huevos en la receta consiste en no añadirlos directamente en el cazo que previamente hemos puesto al fuego. Es una gran recomendación, pues así al cocinarlas evitamos que se corte la crema. También tenéis la posibilidad de hacerlas al baño María os saldrán seguro. Pues al disminuir el calor directo facilitamos que las natillas se hagan antes de tiempo y que no se quemen.
  • Las natillas son base de muchísimos postres. Podemos encontrar desde las clásicas de chocolate, flan de natillas, natillas con merengue, de arroz con leche, natillas cremosas de manzana y pera, de fruta, de dulce de leche… pronto veréis en el blog muchas de estas recetas.

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