Orfeo en el Inframundo

Antecedentes y contexto

La historia clásica de Orfeo se refiere a un músico de renombre que está tan angustiado por la muerte de su esposa, Eurídice, que intenta rescatarla del Inframundo, el lugar de los muertos. Esta trágica historia fue adaptada para ópera por muchos compositores, entre ellos Claudio Monteverdi (escrita y estrenada en 1607), Christoph Gluck (estrenada en 1762, posteriormente revisada) y Joseph Haydn (escrita en 1791, estrenada en 1951).

Offenbach, Jacques
Offenbach, Jacques

Jacques Offenbach.

© Photos.com/Jupiterimages

A diferencia de los otros compositores, Offenbach le dio a la historia un giro absurdo. En su versión Orfeo y Eurídice, aunque están casados, viven amistosamente vidas separadas, cada uno felizmente ocupado con un nuevo amante. Al igual que Eurídice en la historia griega original, la heroína de Offenbach es mordida fatalmente por una serpiente, pero, en lugar de morir trágicamente, se traslada voluntariamente al Inframundo para estar con Plutón, el gobernante del Inframundo, que en forma mortal se había convertido en su amante mientras estaba viva. En la versión de Offenbach Orfeo actúa para recuperar a Eurídice en contra de su voluntad. Tanto él como Eurídice están contentos cuando su intento falla. Offenbach fue igualmente irreverente en términos de música, combinando minuetos cortesanos con cancanes de gran altura y citando satíricamente de la ópera anterior de Gluck.

Cuando se estrenó la ópera de Offenbach, los críticos expresaron su conmoción, tanto porque se burlaba de la venerada narración de Gluck de la historia como porque descartaba la idea de la perfección de la antigua Grecia. Al público, sin embargo, le encantó, y en pocos años Orfeo en el Inframundo se convirtió en un éxito internacional. Tan marcada fue la fama de la ópera, y tan duradera, que en 1886 Camille Saint-Saëns satirizó la sátira citando el cancán del final a un ritmo mucho más lento y asignándolo a las tortugas en El Carnaval de los Animales (1886).

Obtén una suscripción Premium de Britannica y obtén acceso a contenido exclusivo.

De la famosa obertura, cabe señalar que en el momento del estreno parisino de la opereta, no había obertura completa, solo un breve preludio. Los franceses preferían sus óperas de esa manera. Una vez que el trabajo de Offenbach alcanzó fama internacional, se exigió una obertura más sustancial, particularmente por los teatros alemanes. Así que se proporcionó una obertura, una que hizo un uso prominente de la mejor música de la opereta, obviamente el cancán final. La obertura rápidamente ganó popularidad por su propia cuenta, y sigue siendo una pieza favorita para conciertos de pop orquestales.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.