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Linfoma No Hodgkin B Cardíaco Primario Disfrazado de Endocarditis con Marcapasos

El muy interesante informe de caso de Fleissner et al1 representa un ejemplo de error diagnóstico en el que se diagnosticó una enfermedad común, pero se encontró una rara. Hay que felicitar a los autores por su valentía para denunciar este caso «negativo», porque el aprendizaje no siempre proviene del éxito, sino también de los errores. Si no se reportan errores, es imposible aprender de ellos. Afortunadamente, en este caso el paciente recibió una terapia adecuada y tuvo un resultado comparativamente bueno.

Mirando el video de la ecocardiografía retrospectivamente, uno reconoce fácilmente que no muestra las características típicas de una endocarditis de plomo. Como comentan los autores, una tomografía computarizada torácica habría sido apropiada, pero no se realizó. En este caso, aunque la imagen ecográfica no muestra una vegetación clara de plomo del marcapasos, el cuadro clínico del paciente, junto con la mayor incidencia de endocarditis por plomo en comparación con un tumor cardíaco, llevó a los autores a perseguir el diagnóstico de infección por plomo. Las recomendaciones para el manejo de las infecciones por plomo en marcapasos de 2010,2 y la Declaración de Consenso de Expertos de la Heart Rhythm Society sobre el manejo y extracción de plomo en dispositivos electrónicos implantables cardiovasculares de 2017,3 desafortunadamente no citadas en el reporte de caso, muestran una indicación de clase I para la eliminación de plomo en casos de endocarditis definitiva por plomo.

¿Qué se debe aprender aquí? Parece que, aunque «común es común y raro es raro» es un principio médico válido, a veces el sonido de los golpes de pezuñas debería llevar a considerar la posibilidad de cebras, no solo de caballos.

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