Reforma agraria

Reforma agraria, un cambio intencional en la forma en que se posee o posee la tierra agrícola, los métodos de cultivo que se emplean o la relación de la agricultura con el resto de la economía. Reformas como estas pueden ser proclamadas por un gobierno, por grupos interesados o por una revolución.

El concepto de reforma agraria ha variado a lo largo del tiempo de acuerdo con la gama de funciones que la propia tierra ha desempeñado: como factor de producción, almacén de valor y riqueza, símbolo de estatus o fuente de influencia social y política. El valor de la tierra refleja su escasez relativa, que en una economía de mercado generalmente depende de la relación entre la superficie de tierra utilizable y el tamaño de la población de esa zona. A medida que disminuye la superficie de tierra per cápita, aumenta el valor relativo de la tierra y la tierra se convierte cada vez más en una fuente de conflictos entre los grupos económicos y sociales de la comunidad.

Las pautas de distribución de la riqueza y el ingreso y de influencia social y política están determinadas en parte por las leyes que rigen la tenencia de la tierra. Estas leyes especifican las formas aceptables de tenencia y los privilegios y responsabilidades que las acompañan. Definen el título de propiedad de la tierra y la medida en que el propietario puede disponer libremente de ella y de los ingresos derivados de su uso. En este sentido, la forma de tenencia determina la distribución de la riqueza y el ingreso en función de la tierra: si se permite la propiedad privada, la diferenciación de clases es inevitable; en cambio, la propiedad pública elimina esas distinciones. Las formas de tenencia van desde la tenencia temporal y condicional hasta la propiedad en pago simple, que confiere derechos totales no gravados de control y disposición de la tierra.

Históricamente, la reforma agraria significaba la reforma del sistema de tenencia o la redistribución de los derechos de propiedad de la tierra. En las últimas décadas, el concepto se ha ampliado en reconocimiento del papel estratégico de la tierra y la agricultura en el desarrollo. Por lo tanto, la reforma agraria se ha convertido en sinónimo de reforma agraria o de una rápida mejora de la estructura agraria, que comprende el sistema de tenencia de la tierra, las pautas de cultivo y organización de las explotaciones agrícolas, la escala de las operaciones agrícolas, las condiciones de arrendamiento y las instituciones de crédito rural, comercialización y educación. También trata del estado de la tecnología, o de cualquier combinación de estos factores, como lo demuestran los movimientos reformistas modernos, independientemente de la orientación política o ideológica de los reformistas.

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