Ruido ambiental

La intensidad de los niveles de ruido ambiental dentro de un entorno determinado puede tener implicaciones significativas para la salud y la seguridad. En los Estados Unidos, los trabajadores están protegidos de la exposición a niveles dañinos de ruido ambiental por los límites de exposición al ruido de OSHA. Estos incluyen un límite máximo de exposición admisible (PEL) de 85 decibelios (dB) por media ponderada de ocho horas (TWA) y una exposición máxima de 115 dB por período de 15 minutos.

Otras agencias de seguridad ocupacional, como la Administración Federal de Ferrocarriles, también prescriben estándares de exposición al ruido. El límite de 85 db es el límite ocupacional estándar y se basa en la orientación proporcionada por la Conferencia Americana de Higienistas Industriales Gubernamentales (ACGIH).

El ruido ambiental puede afectar negativamente a la salud de los trabajadores al actuar como fuente de estrés en el lugar de trabajo. Los estudios han relacionado los niveles de ruido con el aumento de los accidentes en el lugar de trabajo debido a la falta de concentración de los empleados, el aumento de la fatiga y otros síntomas que interfieren con la capacidad de los trabajadores para ejercer comportamientos de seguridad efectivos y reconocer los peligros potenciales.

Por lo general, se puede proteger a los trabajadores de la exposición excesiva al ruido mediante el uso de equipos de protección personal, como orejeras y tapones para los oídos. Sin embargo, este equipo puede ser problemático si limita la capacidad de un empleado para escuchar información importante sobre posibles riesgos de seguridad o situaciones de emergencia en el lugar de trabajo. Las orejeras pueden incorporar radios de comunicación incorporados para superar esta limitación.

A pesar de las normas existentes, los trabajadores de muchas industrias siguen expuestos regularmente a niveles inseguros de ruido ambiental. Por ejemplo, los empleados de bares con frecuencia trabajan en entornos por encima del límite de 85 dB prescrito por la mayoría de las normas reglamentarias y de consenso, y con frecuencia no reciben protección de los programas de conservación de la audición.

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